Manuel Aranda Melgar un gentil hombre

Don Manuel Aranda Melgar

Por José Gutiérrez Sandoval (reportero)

Personajes que han vivido entre la alta sociedad, la de en medio y la bajita del estado de Morelos, particularmente la de la capital de la eterna primavera , Cuernavaca. Estos hombres brotan por doquier pero en esta ocasión hemos escogido a una persona para presentarlo a usted, porque allá por los años de 1936, Manuel Aranda Melgar que viera, años atrás la luz en Amacuzac, pueblo hermoso y de gente trabajadora y además mujeres con una cara llena de alegría y cuerpo angelical; ahí nació también políticamente Manuel Aranda Melgar; a la edad de 23 años ya era Guarda-Tierra, lo que ahora se le conoce como Comisariado Ejidal. Llegó al grado Don Manuel Aranda Melgar, de ser tan estimado en su pueblo natal, que años después lo proclamó como presidente municipal y posteriormente Manuel Aranda vino a conquistar la capital del estado cuando llegó a ser diputado local, presidente municipal en los años 1940 y hasta diputado federal.

Don Manuel Aranda Melgar, se caracterizó por ser un hombre probo, un hombre elegantemente vestido y que tenía el don de escuchar a la gente que le platicaba en la propia calle los problemas inherentes al municipio y muchas veces familiares.

Don Manuel Aranda Melgar desde que llegó a Cuernavaca, tuvo su domicilio en las calles de Galeana número 103, y ahí vivió muchos, pero muchos años. Fue consejero del licenciado Ernesto Escobar Muñoz y amigo de todos los políticos de ese entonces, político que usaba su sombrero atexanado y algunas veces su pistolón al cinto, solo que Don Manuel era un hombre pacífico y nunca le vimos la famosa treintota fajada al cinturón.

Don Manuel Aranda Melgar, este político fue quizá uno de los últimos hombres gentiles que sí podía escuchar al pueblo en ese entonces, cando la revolución acababa de terminar, ahora por supuesto, puede uno hablar a los políticos con más familiaridad, pero antes estos usaban tres o cuatro guaruras empistolados con una cara de “Ay, nanita”.

Don Manuel nos hizo vivir momentos felices cuando algunas veces aceptamos el café que nos ofrecía allá en el hermoso restaurant Ofelia en donde también las familias se reventaban sus danzones a los acordes de Richard y sus Cometas y si no del jacarandoso Don Vicente Suazo, y así Don Manuel Aranda Melgar, al fallecer el 24 de octubre de 1965, cuando tenía la edad de 59 años, cerró un capítulo hermoso para la pequeña historia política de Morelos.

Ahora bien, usted que conoció de cerca de Don Manuel Aranda Melgar, nombre usted dos de sus más grandes amigos, así como quien era su chofer particularmente de este político.

          Respuestas:

La pequeña historia que contamos el día de ayer del político hecho un gentil hombre Don Manuel Aranda Melgar es parte indudable de lo hermoso que aconteció aquí en Cuernavaca.

Don Manuel tuvo muchos amigos, muchos, pero los más apegados a él fue Lino Manzo y un aborigen de Atlacholoaya, Mucio Díaz; sobre este último personaje habría mucho que escribir, principalmente cuando le cargan el milagrito del teléfono, el que decían que Mucio Díaz hablaba así: “Aquí Mucio Díaz en persona, allá quien palabra…” Les diré a usted también por último que el chofer particular de Don Manuel Aranda Melgar fue la peculiar “Chompira” que habiendo dejado el vestido de mujer, se fajó pantalones, el saco y el sombrero y además traía fajado al cinto enorme pistolón"

        Op Cit. Gutierrez Sandoval, José. Personajes y sucesos de Morelos, Imprenta Satélite. 1992 pp. 148-150



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