La comunidad de Cajones

El pueblo de Cajones figura entre las más recientes comunidades del municipio, muy probablemente formado a partir de la existencia de la vía férrea del pacífico, pero al término de la revolución. Don Marcelino López, antiguo poblador del lugar decía que alguna vez los lugareños quisieron llamar al pueblo San Juan, sin embargo el nombre Cajones se impuso debido a que los trabajadores del ferrocarril solían llamar así a la parada del tren muy próxima al lugar que recibía dicho nombre debido a que el puente de hierro ubicado sobre el río Amacuzac tiene un tramo que por su forma parece un cajón. Con el tiempo el curioso nombre se hizo extensivo al pequeño pueblo que a consecuencia del la parada del tren se fue poblando paulatinamente, principalmente con familias de trabajadores del campo.

                             Parte del puente de Cajones por la cual se supone el nombre que recibió el pueblo.

Otras versiones señalan que el singular nombre se debe a que la estación y el pueblo recibieron el nombre de Cajones porque a un costado de la vía del tren existían cajones de miel y se hizo costumbre, entre los ferrocarrileros referirse a los cajones para designar el lugar.

Cajones es una comunidad pequeña compuesta básicamente por campesinos y algunos ganaderos. Las tierras circundantes tienen como característica ser muy fértiles y rodeadas de agua, por lo que el paisaje luce verdoso casi todo el año. Por un lado el río salado que también pasa por Coahuixtla, cruza el pueblo de Cajones para luego desembocar en el llamado “río Grande” o río Amacuzac. Un poco antes de llegar al poblado el río Salado recoge las aguas de un antiguo riachuelo conocido como Cahuacán el cual solía formarse de los escurrimientos de los cerros vecinos que ahora alimentan a la Presa de Rancho Nuevo. Muy cerca de este punto existe una pequeña comunidad muy relacionada con Cajones conocida como Campo Nuevo y en otras épocas era principalmente habitada en función del ciclo agrícola.

El ferrocarril fue por muchos años un elemento de transporte y contacto con Cajones, hasta el año de 1996 cuando el tren del pacífico fue suspendido. El puente de hierro, fue construido en 1896, siendo presidente de la república el general Don Porfirio Díaz. Diseñado en Kansas, el puente tiene 3 placas metálicas que identifican a su constructor: “A.J. Tullock Engeenier and Designer Kansas 1896” (sic). Este fuente fue dinamitados por tropas zapatistas durante la revolución, muy probablemente comandadas por el terrible cabecilla Pedro Saavedra Brito, para impedir el libre tránsito de los ejércitos contrarios en un punto donde resulta muy difícil cruzar el río.

Después de la revolución aproximadamente por 1930, la comunidad comenzó a poblarse considerablemente. Los apellidos con más tiempo en el lugar son, entre otros, Suárez y Rodríguez. Recientemente, algunas familias venidas de Guerrero y Estado de México se han instalado en una pequeña loma, poblando el lado oriente del río salado.

No existe en Cajones una fiesta patronal como tal puesto que la feria tradicional se celebra cada 20 de noviembre en conmemoración de la revolución mexicana. Sin embargo la fiesta comienza con las mañanitas a la virgen de Guadalupe en la pequeña capilla del pueblo.

Desde la década de los 70, aproximadamente, Cajones ha contado con una pequeña escuela primaria y recientemente con una telesecundaria. En otras épocas la mayoría de estudiantes tenían que trasladarse diariamente hasta Amacuzac para acceder a estos servicios.

A finales de la década de los 90, debido a la abundancia de ojos de agua y pozos en la zona empezaron a desarrollarse dos balnearios sencillos que han aumentado la afluencia de personas al lugar.

Cajones, tan singular como su nombre, es un pacífico pueblo donde aún se respiran, además de aire fresco del campo, la belleza natural, las tradiciones y las costumbres más populares de nuestro México.