A las grutas de Cacahuamilpa en 1894.
Era el medio día del diez de diciembre de mil ochocientos noventa y cuatro; en el Pueblo de Puente de Ixtla, perteneciente al Estado de Morelos, y después de tomar el alimento indispensable para soportar las fatigas de un largo pero deseado viaje, se alistaba una pequeña caravana, pequeñísima en personal, pero con vehementes deseos de conocer las renombradas y maravillosas Grutas de Cacahuamilpa. La caravana se componía de dos Señoritas (una de ellas la que esto escribe), tres caballeros, siendo el mayor de ellos el que, por su práctica en viajar como Agente de Comercio, conocía al dedillo, permítaseme la frase, los medios de que debe proveerse quien tales empresas acomete, y un guía anciano, viejo lugareño de aquellos contornos y zorro astuto servicial é inteligente, que lo mismo sabía apacentar el ganado, beber mezcal y fabricar azúcar, que tomar bajo su responsabilidad la difícil misión de guiar hasta su destino al grupo de seres que á su pericia confiaba sus existencia. Provist...